domingo, 17 de abril de 2016

Javi Gil - Voluntario Camp Adwa 2015

Empezamos un proyecto nuevo y atrevido desde cero, pero las ganas y energía de la gente hizo todo posible, aquí también debo decir que las coordinadoras fueron un motor fundamental durante todo el proyecto.

Los meses previos al campamento nos solíamos juntar con cierta frecuencia para trabajar desde lo más básico en cuanto a organización del campamento, distribución de niños y profesores, horario diario… hasta lo más sustancial que era cómo íbamos a enfocar los diferentes temas (mundo, gente, naturaleza,…) para que los niños aprendieran de la manera más divertida y participativa posible.

Desde el primer día todos los miembros del grupo arrasaban con ideas de actividades, juegos, dinámicas (para las clases de por la mañana); deportes y las diferentes maneras de practicarlos (para por las tardes); gymkanas (para los viernes); diferentes concursos o competiciones que cada clase trabajaba durante la semana para luego llevarlo a cabo el viernes todos juntos…

Yo creo que esto es la clave del campamento. Ideas, ganas, energía, iniciativa, y por supuesto ilusión por disfrutar con los niños, es lo que hace que viajes muy preparado y que una vez allí te desenvuelvas mejor, porque cuando los niños ven esas cualidades en ti, ellos te siguen en aquello que quieras enseñarles.

El grupo del proyecto fue una piña constantemente, diversión y apoyo asegurado. Las instalaciones, las monjas o “sisters” y otras personas del campamento inmejorables. La comida, que también hay que mencionarla, bastante buena la verdad.

Y bueno, lo más importante, la gente de allí y su cultura. Para los que han estado o han vivido algo parecido ya lo saben, para los que lo vayan a vivir en un futuro, solo hay que dejarse llevar allí. En mi experiencia aprendí mucho sobre su contexto y circunstancias, y no sólo te abre caminos a nuevas formas de pensar, sino que también te das cuenta de lo que hace que una cultura sea ella misma y no otra cualquiera, adiós prejuicios.

Vale, todo lo de atrás es interesante, pero si tengo que decir lo que de verdad me inspiró en el campamento (y los que me hicieron pasarlo mal el último día) fueron mis niños.

De verdad que hay días que acabé cansado, gritando…Pero esos críos simplemente son alucinantes, no me olvido de cómo nos recibían por las mañanas con abrazos y besos, como íbamos a clase juntos, los juegos, los bailes, las risas, los enfados y reconciliaciones…

¡Increíble e inolvidable, a todos ellos les mando un abrazo enorme!

No hay comentarios:

Publicar un comentario